INVASIÓN RUSA DE UCRANIA

Podemos busca resucitar en las calles el «no a la guerra» que hace el juego a Putin

Podemos Putin
Manifestación contra la OTAN a raíz de la invasión rusa de Ucrania.
Pelayo Barro

Está a punto de cumplirse un año de la invasión rusa de Ucrania y el inicio de la cruenta guerra que ya se ha cobrado la vida de 200.000 personas, provocado la huida de 8 millones de refugiados y devastado un país entero. Y en ese contexto, Podemos no oculta su ambición por volver a enarbolar la bandera del «no a la guerra» en las calles, el eslogan que agitó la izquierda en 2003 contra el Gobierno de José María Aznar por la guerra de Irak. Dirigentes de la formación morada como Sira Rego han añorado estos días aquel eslogan y han instado a su recuperación. Podemos busca recuperar el lema y abanderar una nueva campaña pacifista en año electoral, pese a que esa posición refuerza las ambiciones de Vladímir Putin de anexionarse parte de Ucrania a cambio de un acuerdo de paz.

«Echo de menos el no a la guerra». Así lo ha declarado esta misma semana Sira Rego, portavoz federal de Izquierda Unida y eurodiputada de Unidas Podemos. En esa línea, ha señalado que las calles deberían volver a llenarse de ese eslogan para forzar «una vía diplomática para intentar por todos los medios un alto el fuego». «Es absolutamente imprescindible», ha señalado en el contexto temporal del primer aniversario de la invasión rusa.

No es una posición nueva para Podemos, sino que es el mismo planteamiento en el que la formación morada ha venido insistiendo incluso desde antes del comienzo de la invasión. «No a la guerra», clamaba el portavoz de Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, cuando en enero de 2022, un mes antes del inicio de la invasión, Defensa se abrió a la posibilidad de enviar un destacamento aéreo de la OTAN con participación española a Bulgaria.

Desde entonces han sido abundantes las veces que desde Podemos se ha hecho mención directa a ese lema, como potencial catalizador de movilizaciones callejeras y de campañas en redes sociales impulsadas por los morados para protestar no ya contra la guerra en Ucrania, sino contra el papel de los países occidentales al enviar armamento y sostener los esfuerzos de Kiev en su resistencia ante Moscú. La última gran muestra de ello han sido la III Conferencia Europea por la Paz celebrada en Madrid el pasado fin de semana.

«Los gobiernos europeos no han parado de hacer cosas que siempre dijeron que no harían. Primero dijeron que solo enviarían a Ucrania material defensivo y nunca ofensivo, por el riesgo que esto conllevaba (en la escalada bélica); en estos momentos se está enviando armamento, material ofensivo, misiles antiaéreos y tanques a Ucrania», criticó la líder de Podemos y actual ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, en una de las intervenciones de esa conferencia.

«Quiero pedirle al PSOE que reconsidere su posición y que reconozcamos que haber contribuido a la escalada bélica fue un error. Aprovechemos nuestra posición de liderazgo para trabajar por la paz. España puede ser parte de la solución y dejar de ser parte del problema», indicó Belarra escenificando las diferencias con su socio de coalición en este tema, aspecto diferenciador de cara a un año con tres campañas electorales y a las que Podemos necesita llegar con identidad propia.

Putin

Tras todas estas declaraciones pacifistas y llamamientos al «no a la guerra» por parte de Podemos hay un claro beneficiado: la Rusia de Putin. Recientemente, Podemos se ha opuesto al envío de carros de combate Leopard a Ucrania, que pueden ser definitivos en su guerra contra Rusia. Como también se opuso al envío de lanzagranadas antitanque C-90. O voto en contra de aumentar la frecuencia y cantidad de envíos de material. O dijo no en el Parlamento Europeo a las sanciones económicas contra Rusia. A punto de cumplir un año la invasión, la formación morada se ha convertido, de facto, de forma voluntaria o involuntaria, en el mejor apoyo político que tiene Vladímir Putin en España. A veces incluso difundiendo bulos elaborados por la propaganda rusa.

Amenazas de dimisión -nunca ejecutadas-, declaraciones contra compañeros del Consejo de Ministros, acusaciones de alimentar la guerra… la invasión de Ucrania ha sido en el último año un punto recurrente de las fricciones entre las alas de Podemos y el PSOE en el Gobierno. Desde el ala morada se enarbola la bandera del pacifismo para argumentar su oposición, pero lo cierto es que sus posturas siempre han tenido el mismo beneficiado: Rusia.

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